Esta obra es un desplegable, al estilo de los viejos libros japoneses. Muestra una serie de fachadas comerciales simétricas que representan una tipología característica de la ciudad de Buenos Aires. Alrededor de 50 fotografías en blanco y negro conforman una suerte de muestrario de los típicos negocios de barrio, ventana-puerta-ventana en 8,66 metros de frente. Bares, carnicerías, tintorerías, tiendas de todo tipo, muchas de ellas cerradas, siempre sin gente y desoladas, nos remiten a un estado de siesta que, más que a una cierta hora del día, se refiere al estado anímico de una Buenos Aires que se despereza, como suspendida en un sueño. Siesta argentina figura en el Fotolibro Sudamericano de Horacio Fernández, que reúne 150 obras que revelan el enorme aporte de América Latina a la historia del fotolibro.

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